La posibilidad de seguir brindándoles más espacios de expresión a los artistas marplatenses motivó al Presidente del Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon, Ariel Ciano, a permitir la exhibición de varias obras del pintor Pablo Pérez en el despacho principal del HCD.
Desde su asunción, en diciembre del 2011, Ciano decidió profundizar la realización de políticas que contemplen los intereses, deseos y aspiraciones de todos los marplatenses, y que faciliten las vías de expresión popular de aquellos artistas que sientan que tienen algo que mostrar o comunicar.
“Tenemos la intención de seguir la senda iniciada –tiempo atrás-, por la cual el Concejo se abrió a las expresiones culturales locales. Creemos que los artistas plásticos locales necesitan y merecen un espacio para mostrar sus obras y enseñar a quienes deseen seguir ese camino. Además, hay que contemplar que el edificio es obra de un gran artista como Alejandro Bustillo”, consignó Ciano, que ya dio lugar en su despacho para la exhibición de obras de otros artistas plásticos, tales los casos de Miguel Canatakis, Felipe Giménez y Luis Marzoratti. Y que pretende, más adelante, seguir alentando la exhibición de obras de otros artistas de Mar del Plata.
“Estoy muy agradecido a esta posibilidad que me brinda el Presidente del Honorable Concejo Deliberante. Ciano, a través de este gesto, me permite una posibilidad más de seguir mostrando mi obra. Gracias a Dios, en las últimas semanas pude presentarme en varias muestras, lo que facilita mi continuidad como artista plástico”, señaló Pablo Pérez.
Vale destacar que Pérez tiene 45 años y nació en Comandante Nicanor Otamendi. Esta casado con Pilar Calvente y tiene dos hijos (Trinidad y Manuel).
Estudió diseño gráfico y publicitario y es egresado de la escuela de artes visuales Martín Malharro de Mar del Plata y de la escuela panamericana de arte de Buenos Aires.
Fundó junto a un grupo de amigos hace más de 10 años la ONG Supertenedores, donde trabajan solidariamente para los niños de la ciudad tengan una mejor infancia. Hace 3 años esta entidad tiene a su cargo la Casa Conin, donde trabajan para prevenir la desnutrición infantil.
“Busco trasmitir en cada uno de mis cuadros la alegría y felicidad que me da pintarlos. Comencé a pintar gracias a Dima Parodi en Otamendi, Escuela de Artes Visuales Malharro, Escuela Panamericana de Arte y María Marta Aguilera. Pero hubo algo muy significativo para mí. Mi suegro, Antonio Calvente, a quien extraño mucho, me enseño a valorar y coleccionar arte. El día que murió entre a su taller y creí que todo había terminado, luego entre a la casa de mi suegra y posteriormente a la mía y ví sus cuadros colgados. Fue una sensación de dolor y alegría. Paso el tiempo y la gente siempre me dice que tiene un cuadro de Tony, que se acuerda de sus exposiciones y siempre viene un buen recuerdo de el a la conversación”.
Pérez añadió: “Aprendí que el artista trasciende por su obra, que más allá de su ausencia física deja algo bueno de el a los demás. Ojala la vida me dé la posibilidad de pintar y aprender cada día más, así dejo a mi hijos y a mi gente más allá del recuerdo algo que hice con felicidad.