HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE
PRESIDENCIA
CONCEJAL GUILLERMO SAENZ SARALEGUI
S/D
VISTO
La necesidad de seguir fortaleciendo los valores democráticos a través del ejercicio de la memoria y reconociendo a los libros como un instrumento para tal fin y la defensa de los Derechos Humanos;
CONSIDERANDO
Que a lo largo del periodo 1976-83, se asistió a unos de los momentos de la historia Argentina que se caracterizó por la planificación sistemática del terrorismo de estado y por consiguiente la muerte de una generación de argentinos;
Que la censura consistió en prohibir o suprimir objetos o hechos, ocultarlos, esconderlos, a veces eliminarlos. Lo característico en el ámbito cultural fue la censura, la desaparición y la persecución, pensar era un pecado y hasta podía llevar a la muerte;
Que no solamente se secuestraron y se desaparecieron personas, sino también libros, ya que estos eran considerados por el gobierno de turno, los que perturbaban la mente de la sociedad que debía ser occidental y cristiana;
Que se quemaron libros, se persiguieron a los editores y a sus editoriales; se controlaron las bibliotecas y a los bibliotecarios;
Que a las universidades, a los colegios públicos y privados se les impuso un plan de estudio que debían cumplir a rajatabla. A los directores, docentes, auxiliares y preceptores se les impartió el miedo, como a la mayoría de la población;
Que la decadencia comenzó con la persecución de textos que contenían escritos relacionados con las ideologías peronista y marxista. Se debían cuidar los valores occidentales y cristianos y ponerle freno a todo lo que “perturbe” las mentes de los ciudadanos;
Que en este marco, la industria del libro cayó estrepitosamente y pasó de cincuenta millones de ejemplares en 1975 a diecisiete millones en 1979;
Que a pocos días de asumir la Junta Militar, se dictó la ley 21.272 que en su artículo cuarto entre otras cosas decía: “el que ofendiere por cualquier vía a un militar o policía, podía ir a la cárcel por 10 años”. Si bien no existía un marco legal para prohibir libros contrarios a la ideología imperante, se hizo uso de las actas del Proceso de Reorganización Nacional, por lo cual el libro que en su esencia y contenido lo atacara o contradecía, era censurado. También se apoyaron en el artículo 23 de la Constitución Nacional, en lo referente al estado de sitio, argumentando que el mismo autorizaba a prohibir libros;
Que luego el libro era sometido a un análisis ideológico-político, para más tarde pedir informes a los organismos oficiales pertinentes sobre los antecedentes del autor, de la editorial e investigaciones especiales, realizadas al efecto;
Que para determinar si el libro era merecedor de prohibición se lo intentaba encuadrar en el marco legal. Se deduce por la exhaustividad de los procedimientos, la gran cantidad de personas que trabajaban en este ámbito;
Que para implantar la ideología, los militares editaron manuales, textos de idiomas, textos de ciencias, etc., además del apoyo concreto de los medios de comunicación escritos, radiales y televisivos. Un ejemplo claro de imponer ideología fue el reemplazo de la asignatura “Estudios de la Realidad Social Argentina” por la denominación “Formación Moral y Cívica”. No se cambió solamente su nombre, sino también su contenido adaptándolo a los ideales del Proceso;
Que los textos de la asignatura “Estudios de la Realidad Social Argentina” fueron retirados de las escuelas, bibliotecas y se prohibió su circulación. La materia historia tuvo cambios en su material didáctico. En 1978 se prohibió el libro “Las edades moderna y contemporánea”, obra de Juan Bustinza y Gabriel Rivas, publicado por editorial Kapelusz, por tener lenguaje subversivo;
Que en la actualidad un proyecto de SADOP (Sindicato Argentino de Docentes Privados), trabaja los derechos humanos a partir de diversos libros que atraviesan esta temática, algunos incluso prohibidos durante la dictadura cívico-militar del 1976;
Que los destinatarios son alumnos de todos los niveles educativos con el objetivo difundir, capacitar, fortalecer y profundizar el abordaje de los Derechos Humanos en el ámbito escolar;
Que está destinado a alumnos de 3 años en adelante, alcanzando incluso el nivel terciario y /o universitario;
Que la motivación es la búsqueda de la verdad y la justicia, el respeto pleno de los derechos Humanos y el ejercicio de la memoria con respecto a nuestra historia reciente;
Que con la línea directriz de la lucha de las organizaciones de familiares de desaparecidos por la última dictadura cívico militar, se propone aportar a la búsqueda de los nietos apropiados que aún no han recuperado su identidad;
Que en el marco del convenio de cooperación que han firmado el SADOP con Abuelas de Plaza de Mayo en 2017, desde el sindicato se propone el proyecto de aplicación escolar;
Que el proyecto consiste en acercar a los colegios de mar del plata una valija itinerante con material bibliográfico sobre distintos aspectos de los derechos humanos: el ejercicio de la memoria, el valor de la democracia, el respeto por la diversidad, el valor de la convivencia pacífica, el derecho a la identidad, a la inclusión, a la participación;
Que el proyecto consiste en acercar el material a los alumnos y proponer una actividad como disparador, otra para trabajar determinado texto y finalmente, facilitar la posibilidad de que se siga trabajando el tema en la escuela;
Por lo expuesto, el Bloque de Unidad Ciudadana eleva el siguiente proyecto de:
RESOLUCIÓN
Artículo 1.- El Honorable Concejo Deliberante declara de su interés "Historias en valija", un proyecto llevado adelante por SADOP (Sindicato Argentino de Docentes Privados).
Artículo 2.- De forma.
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Mar del Plata
BLOQUE UNIDAD CIUDADANA
Municipalidad del Partido de General Pueyrredon
Departamento Deliberativo