Mar del Plata, 17 de mayo de 2012
Al Honorable Concejo Deliberante
VISTO
Que el próximo 23 de mayo se cumplen 20 años de la muerte de Atahualpa
Yupanqui, y
CONSIDERANDO
Que nació con el con el nombre de Héctor Roberto Chavero en el Campo de la
Cruz, en José de la Peña, Partido de Pergamino, el 31 de enero de 1908 y
falleció en Nimes, Francia, el 23 de mayo de 1992.
Que cuando tenía trece años y para firmar colaboraciones literarias en
el periódico escolar, Roberto comenzó a utilizar el nombre Atahualpa en
homenaje al último soberano Inca. Algunos años después le agregó el
Yupanqui que llevaría toda su vida. La traducción de estos nombres, unidos,
significa, en quechua “el que viene de lejanas tierras para decir algo”.
Que fue cantor, guitarrista, poeta, compositor, recopilador
Que a los seis años empezó a estudiar violín e inmediatamente guitarra
con el profesor Bautista Almirón. De su compañera, la guitarra, decía: “La
Guitarra! "La guitarra con toda su luz, con todas las penas y los caminos,
y las dudas. ¡La guitarra con su llanto y su aurora, hermana de mi sangre y
mi desvelo, para siempre!" ("El canto del viento", II).
Que en 1917 su familia se traslada de Roca, donde vivían, a Tucumán y
el pequeño encuentra otro paisaje, otros hombres, otras melodías, otros
misterios. Ahora estaba, según él mismo definía en “El reino de las zambas
más lindas de la tierra".
Que a ella y su gente les dedica canciones como "Luna tucumana",
"Nostalgias tucumanas", "Adiós Tucumán", "Zamba del grillo", "La
tucumanita", "La pobrecita", y "La raqueña", entre otras.
Que Atahualpa trabajó como empleado del ferrocarril, hachero, arriero,
cargador de carbón, entregador de telegramas, oficial de escribanía,
maestro de escuela, tipógrafo, y cronista. Todo sin dejar su carrera
artística.
Que en esos años, además, junto con un amigo recorrió distintos
pueblos del interior proyectando películas en una sábana que utilizaban
como pantalla. Terminada la proyección, venía el concierto de guitarra a
cargo de Atahualpa.
Que a partir de los dieciocho años inicia un peregrinaje casi
constante, que lo llevará por los más diversos lugares: la ciudad de Buenos
Aires, Entre Ríos, el Uruguay, Santa fe, Rosario, Córdoba, Santiago del
Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, La Puna, La Rioja, etc.
Que según el historiador Félix Luna resulta imposible seguir en
detalle su itinerario: "Son años y años de andar de aquí para allá, pasando
a veces por un pueblo u otro, deteniéndose otras veces por años en
cualquier lugar" .
Que en 1931, estando en Entre Ríos se tienta en revolucionarias
aventuras que le significan una arriesgada huida a caballo. Luego, debe
ocultarse en una isla porque lo perseguía la policía y cruza el río huyendo
hacia el primer exilio en la República Oriental del Uruguay, país en el que
se mantuvo tocando y cantando en bibliotecas y escuelas y en donde quizá
haya conocido a un extraordinario poeta oriental con quien compuso
memorables obras del cancionero universal, Romildo Risso.
Que más tarde trabajó como periodista en Rosario y escribió aquella
célebre crónica acerca de la muerte de quien había sido su maestro de
guitarra, Don Bautista Almirón.
Que grabó tres discos para la Agrupación "El Mangrullo" (1936) con la
zamba "Paso de los Andes" y el estilo "Mangrullando" (además de "Camino del
indio", "La vidala del adiós", "Apariencias" y "Cumbres siempre lejos").
Que tras su recorrido por los Valles Calchaquíes, contó: “...He
dormido en chozas donde la miseria abochorna todos los paisajes, en los
valles abandonados, atando mi caballo a lazo largo y asegurando la presilla
en una espuela, dejándome la bota a medio quitar para así despertarme a
medio tirón".
Que luego de estar en Tucumán, Salta, Jujuy, la Puna declaró que "me
juntaba en el campo con los amigos, ya porque uno tocaba la quena, ya
porque otro no la tocaba pero tenía dichos interesantes... ya porque el
paisaje me maravillaba y seducía. Me quedaba ocho, diez, quince días
viviendo con matrimonios coyas en la Puna, o muchas veces abrazado a dos o
tres perros que faltan en las casas, sembrando con ellos y aprendiendo las
maneras sencillas de la vida".
Que en 1935 participa de la inauguración de Radio El Mundo junto a la
orquesta de Dajos Bela, interpretando bagualas, vidalas, zambas, gatos y
chacareras con honrada fidelidad, géneros que comienza a grabar en 1936
para el sello RCA Víctor. Se trata de temas como: como "La zamba del
cañaveral", "La andariega", La arribeña", "La churqueña", "Tierra Jujeña",
"Kaluyo de Huascar", "Viento, viento", "Camino de los valles", "Cañada
Honda", "La viajerita", y "La raqueña", entre otros.
Que en 1941 y 1943 publica sus primeros libros "Piedra Sola" y "Aires
Indios", respectivamente. Y, luego, la novela "Cerro Bayo", en la que se
basó el guión de la película "Horizontes de Piedra".
Que en Buenos Aires cuando corría el año 1943 coordina para el teatro
Presidente Alvear, la puesta en escena del espectáculo "Voces de la
tierra", que incluía por primera vez la capital la versión del
"carnavalito".
Que en 1945 se afilia al Partido Comunista al que terminará
renunciando en 1952. Ello le significará la prohibición de sus grabaciones,
programas radiales, presentaciones y la interpretación de sus temas por
otros artistas. Y el encarcelamiento en varias oportunidades.
Que comienzan en estos años sus retiros en la localidad de Cerro
Colorado (Córdoba), donde construye su casa.
Que en 1949 actúa en distintos escenarios de países como Hungría,
Checoslovaquia, Rumania y Bulgaria. Y más tarde en París, se vincula con
Paul Eluard quien su vez le presenta a Edith Piaf que lo invita a actuar
en sus propios conciertos ante el público parisino.
Que firmó contrato con "Chant du Monde", compañía grabadora que editó
su primer larga duración en Europa, "Minero soy", obra con la que ganó el
primer premio al mejor disco extranjero de la Academia Charles Gross, entre
trescientos cincuenta participantes de todos los continentes en el Concurso
Internacional de Folklore. Y dio sesenta recitales en Europa.
Que desde 1953 vuelve a grabar profusamente. Fue el turno de piezas
como “Tierra Querida", "Chacarera de las piedras", "Recuerdos del
Portezuelo", "La Tucumanita", "Indiecito dormido", "Lloran las ramas del
viento", "La humilde", "Le tengo rabia al silencio", "Luna Tucumana", etc.
Que en 1964 realiza su primer viaje a Japón, país en el cual se
presentó cincuenta veces en distintos escenarios. Y dejó un poema titulado
Hiroshima que habla de lo terrible de la bomba nuclear y de la capacidad de
su pueblo para superar el horror:
¡Hiroshima!
Qué noche fue tu noche, kimono desgarrado.
Cuando todo era sol sobre la tierra.
El horror sin fronteras, y la ciudad sin niños,.
Ni pinos en las sierras, ni arrozal en los prados.
Ni un ave, ni una flauta de bambú
contando historias bajo las estrellas.
Todo fue un gran silencio, sin salmo, sin adioses.
Ni lágrima ni salmo.
Sólo un inmenso asombro horrorizado.
¡Hiroshima!
Pero Dios custodiaba tu ternura,
Tu sagrada semilla, tu voz profunda.
Y te recuperaste, y renaciste,
Hasta pintar de nuevo la timidez graciosa del cerezo.
Y las madres pudieron en la tarde
Recomenzar el canto interrumpido.
¡Nem Kororó! ¡Nem Kororó!
Así te siente mi corazón enamorado.
Así te canta mi guitarra Argentina.
Así te digo adiós y en ti me quedo.
¡Hiroshima!.
Que estas vivencias las inmortalizó en una serie de poemas publicados
con el título "Del algarrobo al cerezo".
Que en 1967 gana el Premio del Festival de Cosquín y en 1968 y 1969 el
Premio de la Academia Charles Cross de París al mejor disco extranjero.
Que en 1968 desembarca en España de la cual diría: “En cualquier
canción que nosotros cantemos, en nuestra manera de dolernos o de
esperanzarnos, hay una vieja herencia. En la más gaucha de nuestras coplas
anda por ahí un abuelo español dando consejos".
Que ese mismo año vuelve a Francia y el Le Monde publica: "Su nombre
suena como un eco de leyenda y se sabe que él lo ha escogido en homenaje a
sus abuelos. Para la Argentina, su país natal, como para América Latina,
Yupanqui es el poeta de la guitarra, que recorre los pueblos, llanuras y
sierras para cantar el alma india con fervor mesiánico. En realidad, detrás
de esa imagen romántica, se oculta un artista complejo; un poeta social".
Que en febrero de 1968, Atahualpa fue nombrado Caballero de las Artes
y las Letras de Francia por el Ministerio de Cultura.
Que algunas de sus canciones son incluidas en los programas de
Institutos y Colegios donde se enseña literatura castellana.
Que en la década del 60 graba "Los ejes de mi carreta", "Sin caballo y
en Montiel", "La alabanza", "Cantor del sur", y "El árbol que tu
olvidaste". Además publica su libro "El canto del viento".
Que en 1972 ve la luz su obra “El Payador Perseguido”, que refleja uno de
sus mejores momentos musicales y poéticos. Y el compromiso con su época y
sus contemporáneos, condición intrínseca de un artista para quedar en la
historia.
Que él mismo ha dicho: “yo noto que no soy sólo yo, hay muchísimos,
hay miles de `payadores perseguidos` en mi país. No importa que no sean
payadores pero es penoso que sean perseguidos".
Que también ha declarado que “el primer deber del hombre es definirse.
Ubicarse como testigo y actor de un viejo pleito entre la mentira y la
verdad. Y exponer, testimoniar. Para llegar a esto debemos despojarnos de
miserias interiores. Tenemos que barrer el patio del fondo".
Que sus canciones han sido interpretadas por Mercedes Sosa, Pedro
Aznar, Alberto Vortez, Los Chalchaleros, Jorge Cafrune, Horacio Guarany,
Jairo, Alfredo Zitarrosa, Víctor Jara, José Larralde, Ángel Parra,
Divididos, Andrés Calamaro, Marie Laforêt, Mikel Laboa, Juan Carlos
Baglietto y Enrique Bunbury, entre otros.
Que hace 30 años que el escenario de Cosquín lleva su nombre. Y
recibió reconocimientos como: la medalla de Oro del Congreso Nacional
(1954); Premio a la mejor música de película en el Festival de Karlovy
Vary (1956); Premio del Festival de Cosquín (1967); Premio de la Academia
Charles Cross al mejor disco extranjero (1950, 1968 y 1969); Martín Fierro
(1972); Ciudadano Ilustre de Vera Cruz (Méjico) y Trovador de América
(1973); condecorado con la Orden de Francisco de Miranda por el gobierno de
Venezuela (1978), Diploma de Honor del Consejo Interamericano de Música de
la OEA (1983); Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (1991).
Que también fue premiado y reconocido por distintos municipios y provincias
argentinas y en países como Colombia, Perú, Italia, Alemania, y República
Dominicana.
Que por todo lo expuesto, Atahualpa es un artista imprescindible para
entender nuestro país, su historia, sus tradiciones y costumbres. Por lo
tanto: una parte de nuestra cultura y nuestro patrimonio. Nuestra identidad
en definitiva.
Que con su guitarra y su pluma ha dejado un legado inmensurable que
apunta ante todo a la igualdad, a la justicia, al compromiso con la patria
y con quienes nos rodean.
Por todo ello se promueve el siguiente proyecto de:
RESOLUCIÓN
Artículo 1º: El Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon rendirá
un homenaje a Atahualpa Yupanqui el próximo 23 de mayo a las 10.30 en el
recinto de sesiones del cuerpo.
Artículo 2º: de forma.
-----------------------
Municipalidad del Partido de General Pueyrredon
Departamento Deliberativo
PRESIDENCIA
HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE